viernes, 4 de marzo de 2016

LA EUROPA LIBERTICIDA DE LOS TRAIDORES EN EL PODER





Cuando escribo estas líneas, acaba de arrancar en Alemania comenzar el segundo intento de ilegalizar el partido patriota NPD, después del fracaso del primero hace unos años. Este segundo ataque al pueblo alemán es parte de la guerra contra los pueblos de Europa que llevan a cabo sus gobiernos, y tiene lugar en un momento particular y para ellos delicado, uno de esos momentos donde está en juego el destino.

En efecto, arrecia la invasión de inmigración ilegal disfrazada como flujo masivo de refugiados. Poco a poco, demasiado lentamente, una parte de los europeos empieza a comprender lo que está pasando, a tomar posición en contra, a despertarse de la hipnosis colectiva en que la han sumido quienes odian a Europa y la quieren destruir.

Porque estos enemigos de Europa existen, les dan instrucciones a la mayor parte de los gobiernos europeos y controlan los mayores medios de comunicación. No sólo existen sino que planifican y actúan la destrucción de Europa, a través tanto de la degeneración social como de la invasión inmigratoria y la sustitución étnica de los europeos. Esto no quiere decir que si desaparecieran de golpe (aunque sería por cierto una excelente profilaxis) el problema se resolvería: los desequilibrios de riqueza y natalidad, así como las guerras y el terrorismo fomentados por Israel, Estados Unidos y sus gobiernos fantoche generan necesariamente una muy fuerte  presión migratoria hacia Europa en cualquier caso. Pero además de ello esto existe un fomento deliberado de la invasión y, sobre todo, una campaña de traición sistemática contra los europeos desde dentro de Europa. De este modo lo que es una presión migratoria se transforma en inmigración masiva porque no hay voluntad política de contenerla.

Sin embargo una parte de Europa sí que quiere defenderse; hay quien comienza a organizarse, quien comienza a despertar del sueño envenenado. Naturalmente se trata de la parte mejor de los europeos; la que aún siente por lo menos una traza de amor y orgullo por su tierra y a su cultura, la que aún tiene sentido común y gracias a ello ve la realidad, en medio de la niebla tóxica de mentiras sistemáticas y desinformación.

Desgraciadamente muchos, demasiados, jamás reaccionarán porque están perdidos para siempre. No hablo de la escoria despreciable de los que odian a Europa y quieren que sus pueblos y su historia desaparezcan: ésos, son el enemigo. Hablo de los incontables que están tan envenenados por dentro que ya no son recuperables: víctimas del terrorismo intelectual y las toxinas mentales del antirracismo, el igualitarismo, el progresismo y todas las ideologías basura del sistema; con los instintos de autodefensa castrados, llenos de abyectos complejos de culpa por ser europeos y blancos. Hay muchos que no tienen remedio, sus mentes tan arruinadas que ya no sirven para nada. Salvo transmitir sus genes, pero parece que ni eso saben o quieren hacer, si consideramos la bajísima natalidad europea.

Sin embargo, para muchos todavía es posible una desintoxicación y para muchos más aún el veneno no ha llegado realmente en profundidad; los emponzoñadores de la mente han logrado, sí, confundirles, intimidarles quizá, ocultarles la verdad,  pero en su fuero interno son sanos. Con mayor o menor lucidez y conciencia, el núcleo de los europeos aún decentes y válidos empieza a reaccionar. Crece el apoyo a partidos patriotas, nacen movimientos políticos, grupos de autodefensa e identidad; realidades que representan a los pueblos que no quieren morir, que se niegan a desaparecer.

Y este despertar es lo que el poder criminal que gobierna Europa quiere cortar y aplastar: partidos como NPD o el Frente Nacional francés, movimientos como Pegida, cualquier atisbo de genuina reacción política que se oponga al infame designio. Cuando el sistema fraudulento que han montado empieza a tambalearse, cuando se comienza a atisbar el engaño sistemático, que presenta como pluralidad y democracia de partidos a lo que es un solo partido con varias corrientes y camarillas, entonces todas las baterías de la falsa democracia apuntan al objetivo: demonización y desinformación, ilegalización, criminalización sistemática, propaganda en las escuelas.

Esta falsa democracia es un sistema liberticida porque su principal objetivo es reprimir y anular la libertad auténticamente política, mientras la población (el enemigo interno) se distrae con seudolibertades estúpidas, insignificantes o dañinas, como un burro que sigue la zanahoria que se le pone delante.

Y la libertad política no es votar a uno u otro de los payasos y las caras bonitas que ponen delante de la televisión quienes tiran de los hilos, sino la de organizarse para luchar y lograr un objetivo como comienzan a hacer los patriotas europeos, arrojando al aire la baraja trucada de la falsa democracia que no es más que un sistema de clientelas organizadas, nido repugnante de oportunistas y traidores a Europa.

Esta es la única libertad real a nivel político, y es la que la secta de odiadores de Europa quiere sofocar, para que sea ya demasiado tarde cuando los europeos despierten.


Aprendamos a identificar y combatir a los enemigos desde ahora, no sólo a los segundones que dan la cara sino a los verdaderos y más dañinos canallas: las lenguas de serpiente que intentan introducir la inmundicia en nuestras mentes, y en las mentes de nuestros hijos.

Max Romano

3 comentarios:

Anónimo dijo...

http://espanyadisidencia.blogspot.com.es/

Anónimo dijo...

el npd no son patriotas, son unos neonazis hijos de puta que promueven el odio, la discriminacion y las conspiranoias sin sentido, igual que las cerdas feministas odia hombres promotoras de la heterofobia, la promiscuidad y la misandria!

ni zorras feministas, ni nazis hijos de puta conspiraidiotas y asesinos!

Carlos Areta dijo...

Muy buen artículo. A pesar de que ya es algo antigüo.
Gracias.