sábado, 15 de diciembre de 2012

ENEMIGOS DE EUROPA (I): Extranjeros en casa propia

En alguna ocasión me he ocupado en este blog de las políticas que estan llevando a cabo los dirigentes y los medios europeos contra su misma población, por ejemplo en la entrada Gobernados por traidores. Esto se acompaña, ampliando la mirada al resto del mundo, por el racismo antiblanco al que fue dedicada al entrada Azotes de nuestro tiempo: Racismo Antiblanco.

El odio hacia la tradición y la misma historia europea, y también la hostilidad racial hacia los blancos, está en el ADN de esa tendencia ideológica que hoy infecta la Unión Europea y los organismos internacionales, la ONU en primer lugar. Se la puede llamar izquierda cultural o marxismo cultural, y que personalmente prefiero llamar, siguiendo al pensador italiano Giorgio Locchi, tendencia igualitaria llevada a sus lógicas consecuencias.

Pero para entendernos es simplemente la progresía, que se expresa políticamente a través de los partidos de “izquierdas” y representa una mitad del cáncer que nos está destruyendo. La otra mitad del cáncer son los partidos de “derechas” que quieren transformar la sociedad en un gran supermercado y entregar el mundo a los especuladores. Las dos mitades del cáncer se reparten el trabajo, como es evidente cuando notamos que unos jamás deshacen lo que hacen los otros.

Es mejor que nos despertemos cuanto antes y nos demos cuenta de que hay una lucha en curso, una guerra larvada y oculta. La consideración atenta de la actualidad nos confirma que nuestros enemigos están no sólo fuera sino sobre todo dentro. Estos siempre son los peores, las ratas que ocupan los gobiernos y los medios, que escriben las leyes, imparten justicia y trabajan en la oscuridad para destruirnos como europeos, para traer la muerte de Europa, de su cultura y tradición. Para sustituirla con un engendro que ya no será algo nuestro, que podrá ser cualquier cosa menos Europa, aunque ocupe el mismo espacio físico y la población europea autóctona pueda sobrevivir como una minoría.

Un frente en esta lucha es especialmente visible. Es la campaña constante a favor de la inmigración masiva, cuya finalidad última e inconfesada es que los europeos, a medio plazo, se conviertan en una minoría en su propio continente. En Francia los socialistas de Hollande incluyeron en su programa electoral la concesión del derecho de voto a los inmigrantes y ahora las organizaciones "antirracistas" es decir racistas antiblancas lo reclaman:

Lamentablemente es muy posible que esto se vuelva realidad no sólo en Francia sino en muchos países más, por obra de los enemigos y traidores de Europa. Se nota que tienen prisa, les debe preocupar el avance de los movimientos nacionalistas e identitarios europeos. No les basta ya el proceso de colonización demográfica a través de la naturalización masiva. Los tiempos naturales, generacionales, que se requieren para esta colonización ya no les satisfacen y tienen miedo de que los europeos despierten.

Exigiendo que todos los extranjeros puedan votar quieren desactivar esta posibilidad, neutralizar este peligro que para ellos es la peor pesadilla, la peor amenaza a su proyecto criminal. Proyecto que cada día se perfila con mayor claridad y consiste en arrebatar a los europeos el derecho a decidir en Europa, en convertir a los europeos en extranjeros en su propia casa.

Espero sinceramente que la peor pesadilla de los enemigos de Europa se realice y que un día se obligue a esta gente a responder por lo que están haciendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen texto Oso, quedan resumidas las intenciones que el sionismo globalizador proyecta sobre Europa, hacer desaparecer todo vestigio de identidad, especialmente el demográfico(el más importante), sustituir a la población nativa europea por población extraeuropea. La inmigración masiva que hay en Europa desde hace algunas décadas no es casualidad, el silencio que hay alrededor del tema tampoco y la demagocia y el dogmatismo frente a cualquier atisbo que se atreva a cuestionar dicha situación tampoco, el sistema tiene mucha gente pagada para ello. Aunque yo creo que al final el europeo cuando se vea prácticamente acorralado reaccionará, lo que puede ocurrir es que a lo mejor será demasiado tarde y el precio a pagar sea muy alto. Si es verdad lo que afirman algunos cuando dicen que las leyes de la naturaleza no se pueden alterar, pues al final el despertar y la reacción tendrán que llegar, obviamente es sólo cuestión de tiempo.