viernes, 7 de diciembre de 2012

EL REINO DEL DINERO (V): El estiércol del demonio




Esta entrada es la última del ciclo "El Reino del Dinero" que he venido publicando durante este año y continúa la cuarta parte El nuevo feudalismo, que trataba de la toma de control del mundo por parte del poder del dinero, más específicamente de la creación de un nuevo feudalismo como el título indicaba. Uno podría de frente a esta perspectiva estar de acuerdo. Y muchos lo están en efecto, aunque no lo puedan decir abiertamente porque el engaño de la democracia se debe mantener. Alguien tiene que mandar en el mundo de todas formas y si esto trae prosperidad y estabilidad. ¿Porqué no?

Este debe ser el razonamiento de los defensores del mundialismo, de las élites mundialistas traidoras que ceden la soberanía de sus países: No de los tontos útiles se entiende, sino de quienes son conscientes del estado de las cosas. Tienen seguramente sus razones, como las tiene por otro lado cualquier grupo organizado, desde las pandillas callejeras a las bandas de narcotraficantes o los clanes mafiosos; de otra manera no serian grupos organizados, no sé si me explico. El problema surge cuando a los ladrones en vez de ahorcarlos se les permite dirigir el mundo. Se entiende que quien escribe estas líneas es radicalmente hostil a este nuevo feudalismo por varias razones, pero una de las principales es la fealdad del mundo creado por el dinero, fealdad exterior e interior, espiritual, de las personas.

Intentaré usar la analogía con la sociedad feudal para explicar lo que quiero decir. Como punto de partida debemos notar que en general las clases o grupos dominantes en una época determinan el carácter de esa época.

Como en la Edad Media el predominio del caballero y del sacerdote imprimió un cierto sello a aquel mundo, el feudalismo del dinero del que hablé en la entrada anterior marca el carácter de la sociedad actual. Fomenta un cierto tipo de ser humano y deja su huella inconfundible a todos los niveles, desde el carácter de las personas a la vida cotidiana a la arquitectura, la cultura, el pensamiento y el arte. Una huella inconfundible de degradación y vulgaridad, una caída de nivel que acompaña inevitablemente el culto del dinero, del cual he intentado mostrar –no sé con qué fortuna- su naturaleza de religión contrahecha en la tercera parte de esta serie El opio del pueblo.

Casi todas las religiones han condenado el afán de lucro y han visto claramente el peligro que el dinero representa para el hombre, comprendiendo correctamente el poder de dominio y destruccion espiritual que su misma naturaleza encierra.

No es simplemente la cuestión de materialismo contra espíritu, del deseo de bienes materiales y riqueza que siempre ha existido. Que también, pero aquí es algo más profundo, tiene que ver con la naturaleza del dinero, con su carácter abstracto y su particular cualidad. Algo que Massimo Fini ha sabido analizar magistralmente en el libro que ha dedicado al tema, del cual he extraído algunos fragmentos que estoy publicando en El Velo Rasgado. El primer texto del ciclo fue Dinero (I): El estiércol del demonio. Allí se mencionaba la opinión de Lutero sobre el dinero:

“El dinero es la palabra del diablo, por medio de la cual crea todo en el mundo, exactamente como Dios crea a través de la palabra de la Verdad”.  

Estas palabras de Lutero son la descripcion más acertada y más plástica que yo conozca del poder del dinero. El lector más religioso las puede interpretar literalmente o casi, el de formacion o temperamento más laico puede verlo como una imagen poética pero extraordinariamente precisa.

En efecto y tomando prestada la frase de Lutero, la creacion operada por la palabra del diablo, el carácter del mundo que ha producido la religion del dinero, lo podemos ver en cualquier dirección en que miremos, en lo grande y en lo pequeño.

En términos modernos podemos expresar lo que Lutero formuló en términos teológicos, diciendo que el culto del dinero destruye todo lo que es noble y elevado, cualitativo, espiritual, cualquier interés superior en el ser humano, todo lo reduce a mercancía, a un cómputo de beneficios o pérdidas, a rentabilidad que es el valor supremo. Modela a la base la pasta humana produciendo seres que lo miden todo con el patrón del dinero y todo lo valoran en primer lugar desde el punto de vista económico. Es fácil observar que esto ya es casi un reflejo condicionado en el hombre medio de hoy, deformado en el carácter y en sus mismos procesos mentales. Deformación que se expresa en la sociedad que siempre es un producto y una imagen de lo que el hombre lleva dentro.

Esta es la creación de la palabra del diablo en la mente humana, la eliminación de todo interés superior y su reduccion a una máquina de calcular. La degradación y la caída de nivel esta creación la podemos ver simbolizada en sus producciones.

Como las cosas entran por los ojos podemos comparar las catedrales góticas de la Edad Media con los edificios y monumentos símbolos de la edad actual, los centros históricos de nuestras ciudades medievales con las horribles urbanizaciones y barrios dormitorio modernos, producto de la especulación inmobiliaria. No se puede mostrar más claramente la incapacidad del mundo actual, gobernado por el dinero, de producir una construcción realmente hermosa, artística, duradera.


Cierto que hoy en día la técnica es capaz de producir condiciones mejores de vida para todos y no hay nada malo en ello, pero con mayor motivo toda esta capacidad productiva que la máquina nos ofrece, las posibilidades técnicas de los materiales modernos, habrían podido producir creaciones superiores, hermosas, elevadas. A mayor razón que en la Edad media o que en la Antigüedad, en que cualquier gran obra debía ser construida penosamente, en tiempos largos y exclusivamente con la fuerza muscular del hombre.

Si no ocurre así no es por tanto por motivos técnicos, sino por pura y simple impotencia espiritual. No es que no existan las personas capaces de hacerlo, los artistas, es que en otros tiempos era una voluntad política o religiosa era la que dirigía y dictaba dónde el trabajo humano había de emplearse. El dinero existía y era necesario pero era un simple instrumento al servicio de otros fines.


 Hoy es el dinero y su voluntad lo que mueve el trabajo y decide dónde se emplea. Por esto una época pobre y con medios infinitamente inferiores a los nuestros nos ha legado esplendidas catedrales y monumentos, decorados con bajorrelieves, esculturas, pinturas de la mayor calidad artística, mientras que la época actual, con todos nuestros  materiales, Computer Aided Design, máquinas excavadoras, somos incapaces.

¿Quién podría hoy pagar una catedral de León con vidrieras realizadas a mano por auténticos artistas? Nadie porque el dinero no va en esa dirección. El dinero va a horribles montones de casas y urbanizaciones, a coladas de cemento que destrozan el litoral, a cualquier lugar hermoso donde la pezuña del especulador vea una oportunidad de beneficio. Incluso sin remontarnos a la Edad Media podemos ver cómo la calidad de las viviendas ha ido siempre a peor desde la época de nuestros padres, a medida que la cultura del dinero y el beneficio como único valor se ha ido difundiendo y dominando en la sociedad, y a medida que la política ha perdido terreno frente a la economía. No es sorprendente esta degradación, porque cuanto más fuerte es el poder del dinero más efímeras y de peor calidad son las cosas, que no están hechas para durar sino para ser compradas y producir beneficios.

Si pasamos al arte en general podemos ver también allí la creación de la palabra del demonio. La escultura clásica, la pintura del Renacimiento, las obras inmortales de Bach, Mozart, Beethoven, Wagner, todo ello viene de una época, de un mundo, de unos tipos humanos que no medían el mundo con el dinero. También la simple cultura popular, las danzas, las canciones tradicionales, todo ello salía directamente del seno de los pueblos y de su íntimo sentir, tenía un carácter cualitativo, a diferencia de los infames productos de la cultura de consumo actual, fabricados en laboratorio, artificiales, según formulas que buscan exclusivamente obtener el máximo beneficio.

Todo ello es un testimonio de una época y un acto de acusación contra la degradación de una cultura que hoy en día está reducida a un negocio más, dividida en una cultura “popular” que no merece este nombre y es en cambio de masas, realmente miserable cuyo objetivo es sólo el beneficio económico (y la manipulacion oculta, pero no es éste el tema del presente artículo) y una cultura contemporánea “culta”, que es pura degradación y degeneración, sin maestría ni arte, totalmente vacía cuando no una estafa pura y dura –ver la entrada en este blog El rey desnudo y la señora de la limpieza-, esencialmente un producto de lujo orientado mercado del esnobismo de las “élites” actuales.

Esta cultura “de élite” ciertamente no aspira al beneficio de una difusión de masas, pero está ricamente subvencionada por el dinero, el dinero afluye allí. ¿Por qué? Porque este arte degenerado es también de alguna manera una herramienta para la destrucción y la degradación del ser humano, a través de la destrucción del sentimiento de la belleza, de la armonía, de los criterios esteticos, de lo que es sano y de lo que es enfermo. Es una herramienta de ingeniería social.

Remontándonos sólo un siglo atrás, en los orígenes del cine tenemos grandes obras que eran concebidas como arte y como transmisión de un contenido, que tenían ideas, imaginacion, maestría. Hoy en día el cine es un producto comercial que para la gran mayoría de producciones llamar basura se queda corto, además de ser una vez más una herramienta de manipulación de primer orden, y especialmente de difusión de la religión del dinero. Baste ver cómo de una película de éxito se sacan secuelas hasta la náusea, es decir hasta que la gente se aburra lo suficiente para que hacer la película cueste más que lo que recauda. 

Si la caída de nivel en todos los campos producida por el dominio del dinero es evidente prestando atención a las realizaciones visibles y a la cultura, campos en los que deja su inconfundible hedor y su marca, no lo es menos si pasamos al campo de la ingenieria social.

Aquí entramos en el campo de las hipótesis y de algo difícilmente demostrable pero que me parece indiscutible: que muchas de las fuerzas que actualmente están llevando a la sociedad por un camino de degradación y destrucción están apoyadas por el poder del dinero, es decir subvencionadas por la casta de la oligarquía financiera: Son las fuerzs en campo del nuevo feudalismo en sus maniobras para su control de la sociedad.

El antiguo feudalismo tenía sus ejércitos de caballeros que que combatían en campo abierto, virilmente, según sus códigos de honor y su religión. El nuevo tiene sus tropas de choque de lobbies homosexuales que fomentan la desviación y quieren imponerla como normalidad, sus lobbies feministas que han convencido a la mujer de que ser madre es degradante y han desvirilizado al hombre reduciéndole a un payaso manipulado, sus lobbies de la tolerancia que instilan el sentimiento de culpa por amar la propia patria y al propia cultura, sus lobbies de perversos educadores que destruyen desde la infancia los valores del carácter y educan la mente humana para ser una papilla amorfa. Todo esto se puede resumir con un pequeño abuso del lenguaje en la lobby del marxismo cultural.

En el Medioevo lucha en campo abierto y a la luz del sol, coraje físico, monjes guerreros y caballeros. En el Reino del Dinero del nuevo feudalismo, lucha de Lenguas de Serpiente, de ratas que evitan la luz, de gusanos en la oscuridad, de ponzoñas y venenos instilados en las mentes poco a poco, de disolución interior del ser humano.

Que detrás de las múltiples fuerzas que trabajan para la degeneración de la sociedad esté la palabra del demonio me parece bastante claro. Basta observar el poder que tienen, los recursos de que disponen.

Para realizar propaganda, para infiltrarse en la política, dominar medios y estar presente en todas partes, orientar la cultura y dirigir la opinión pública se necesita -además de dinero por supuesto- gente a tiempo completo y subvencionada. Dinero y más dinero en grandes cantidades. Es aquí donde los señores del dinero usan sus recursos, que obtienen gracias a nuestro trabajo.

Doble insulto y doble humillación, que nos inflige la casta de sacerdotes de la religión del dinero que administra el estiércol del demonio y ha reducido el mundo a un estercolero. Gentuza que vive de nuestro trabajo y se enriquece con él, para luego usar esta riqueza contra nosotros, para envilecernos y degradarnos, para reducirnos a una masa amorfa de seres interesados sólo al tamaño de nuestra cuenta bancaria, al vientre y al bajo vientre.

Lutero tenía razón.

Como tenía razón el poeta Ezra Pound, el gran cantor del siglo XX contra el poder de la Usura. Cierro esta entrada y la serie “El Reino del Dinero” con su espléndido y bastante conocido Canto XLV que expresa lo mismo que he intentado decir en esta entrada, pero en un lenguaje bastante más artístico. Por algo era un poeta. Como el lector quizá sabrá, los usureros no le perdonaron y pasó doce años en un manicomio americano, con el pretexto de su apoyo al Fascismo en la segunda Guerra Mundial mientras residía en Italia.


Ezra Pound

CON USURA
Con usura ningún hombre puede tener una casa con buenos cimientos
Cada piedra cortada pulida y bien engarzada
Cuyo diseño sea protector


Con usura

Ningún hombre puede tener un paraíso pintado en los muros de su iglesia
Harpes et luz
O un lugar donde la virgen reciba el mensaje
Y el halo se proyecte en una incisión,


Con usura

Gonzaga no tiene ni herederos ni concubinas
Ninguna imagen está hecha para durar ni para que ayude a vivir

Sólo son hechas para venderse y venderse rápido

Con usura se peca contra la naturaleza,
Será tu pan como un harapo
Será tu pan seco como el papel,

No habrá abundante cosecha, ni harina fuerte

Con usura la propiedad nos divide

Con usura no hay demarcaciones claras
Y no hay hombre que pueda encontrar lugar par su morada
Al picapedrero se le quita la piedra
Al tejedor su telar


CON USURA

La lana no llega al mercado
Las ovejas no dan ganancia con usura
Usura es peste, la usura
Entumece la aguja en la mano de la doncella
Y detiene la destreza del hilandero.
Pietro Lombardo no fue por la usura
Duccio no fue por la usura
Ni Piero Della Francesca, Zuan Bellini tampoco por usura fue
Ni La Calunnia fue pintada.
No fueron por usura Angelico, no fue Ambrosio Praedis,
Ni puede haber una iglesia con un grabado en la piedra que diga: Adamo me fecit


No fue por usura San Trófimo

No fue por usura San Hilario

La usura herrumbra el cincel
Herrumbra a la artesanía y al artesano
Roe el hilo en el telar
Nadie transforma en oro su diseño,
El azur sufre de cáncer por la usura, el carmesí es imposible de bordar
El esmeralda no llega a manos de Memling


La usura asesina al niño en el vientre
Impide el cortejo entre jóvenes
Lleva impotencia al lecho, yace
Entre los recién casados


CONTRA NATURAM

Han traído putas para Eleusis
Los cadáveres han sido preparados para el banquete
Por pedido de la usura.

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