jueves, 21 de mayo de 2009

CONDENADO POR SER PADRE

Hoy voy a ocuparme de una noticia que nos hace comprender -un poquito más- hasta qué punto de delirio ha llegado esta sociedad. Se trata de la sentencia que condena a un padre a un año de cárcel, a una cuantiosa indemnización y a cinco años de alejamiento por haber colocado una cámara en el lavabo, con el objeto de verificar su sospecha de que una de sus hijas adolescentes padecía anorexia y se provocaba el vómito tras las comidas, en las temporadas que pasaba con su padre. La noticia original se puede encontrar por ejemplo aquí:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ano/prision/grabar/hija/lavabo/comprobar/tenia/anorexia/elpepusoc/20090521elpepusoc_3/Tes

Parece que el juez ha aplicado la pena mínima, con la atenuante de cumplimiento del deber. Sin intención de criticar al juez, que probablemente ha sido todo lo benévolo que podía, debemos notar que la sentencia tiene un profundo valor simbólico: cumplir el propio deber de padre es un delito. Castigado con la cárcel, la orden de alejamiento y robo avalado por el Estado -porque de eso se trata-. Uno puede dudar de que lo que hizo este hombre fuese lo más adecuado, pero no cabe duda de que lo que quería era simplemente ayudar a su hija. De forma diría casi que desesperada, porque tuvo que recurrir a un expediente tan discutible.

Pero este hombre no comprendió quizás en qué clase de sociedad demente vivimos. O quizás no quiso comprenderlo. O lo comprendió pero pensó que valía la pena intentar ayudar a su hija y pagar el precio por ello.

Vivimos en una sociedad en la que el padre debe limitarse a proporcionar dinero sin intervenir en la educación ni en la vida de sus hijos. Que debe estar a la merced de la mujer porque en caso de conflicto las leyes y la magistratura están en su contra. Y ay del que intente cumplir con su deber y tomarse en serio su misión de padre, porque en ese caso la Ley, la Justicia, las víboras feministas, los imbéciles con el cerebro lavado por las feministas, estarán todos esperando que dé un paso en falso para caer sobre él.

Como en este caso. ¡Qué bien le ha venido a la ex-mujer el asunto para quitarse de encima al padre y separarlo de sus hijas! Naturalmente el hombre deberá seguir pagando como probablemente venía haciendo, pero ahora ya ni podrá acercarse a ellas. El periódico no dice qué estaba haciendo la madre para ayudar a su hija o si se había percatado de que la chica tenía un problema. De lo que sí se percató inmediatamente fue de la oportunidad que se presentaba para expulsar al padre de la vida de sus hijas, sacarle más dinero con la complicidad del Estado y de paso mandarle a la cárcel.

Cada día realmente da más asco vivir en esta sociedad, con estas leyes y esta justicia aberrante que condena a la cárcel a un padre, por algo que como mucho es un error, mientras las calles están llenas de basura humana y verdaderos delincuentes. Que, ellos sí, tienen todos los derechos y la comprensión del mundo. Pobrecitos, son víctimas.

Pero para el padre no existe esa comprensión. Sólo por ser tal es ya sospechoso de todo y presunto machista, maltratador, violador; como he apuntado antes, le basta dar un paso en falso y caerá sobre él todo el peso de la Ley, será arruinado, separado de su familia, tratado como un criminal.

Porque ser padre es para cierta gente una falta peor que traficar con drogas o robar. Gente para la cual es una misión destruir la figura del padre a cualquier precio, y que poco a poco está construyendo un estado policial, una tiranía en la que el hombre es perseguido y condenado por ser padre.

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